Existen muchas habilidades enormemente útiles en la vida que deberíamos cultivar. Algunas destacan más que otras tanto a nivel personal como práctico, y una de ellas es mantener la calma en momentos complicados. Seguro que tú mismo has experimentado situaciones difíciles que hubieses gestionado mucho mejor si no te hubieras dejado arrastrar por tus emociones.
De hecho, es complicado encontrar a alguien que sienta de verdad que puede mantener la calma en situaciones delicadas. Por ello, y porque tarde o temprano estos momentos van a surgir en tu vida, es importante que aprendas a gestionar tanto lo que estás sintiendo como lo que te está pasando por la cabeza en esos momentos.
La meditación, llave para la gestión emocional
Ya te hemos hablado varias veces de la importancia de la meditación y de sus beneficios para muchos ámbitos de la vida. En este caso no será distinto. La meditación es una de las mejores herramientas para mantener la calma en situaciones difíciles.
Por un lado, te ayudará a identificar la emoción que estés sintiendo en un determinado momento y a no dejarte arrastrar por ella. Y, por otro lado, cuando estés inmerso en esa situación complicada, el control de la respiración jugará un papel crucial a la hora de mantener tu cabeza centrada en el problema.
Para este tipo de situaciones, sin duda, la meditación que más tenderá a ayudarte será la meditación mindfulness. Es más, hay investigaciones que respaldan que, en muchos ambientes, como por ejemplo el laboral, este tipo de meditación ayuda incluso a que un problema no escale a la categoría de “situación difícil”.
Observa las señales
En muchas ocasiones, podrás evitar estas situaciones difíciles antes de tener que lidiar con ellas. La clave estará en observar las señales de tu alrededor y las reacciones de otras personas ante lo que estéis viviendo. Si puedes lograr que el conflicto no escale, habrás evitado una situación difícil.
Por otro lado, puede que te sea imposible evitar esta situación y tengas que mantener la calma para gestionar la situación de la mejor manera. En este punto, también será importante que observes cómo te está afectando dicha situación. Si notas que tu ritmo cardiaco aumenta, así como la tensión muscular y tu frecuencia respiratoria, esto será un indicativo de que te estás poniendo nervioso. La buena noticia es que estas manifestaciones corporales de nerviosismo son controlables. La mejor técnica será el control respiratorio. Si trabajas habitualmente la meditación, no te será difícil.
Si por otro lado estás empezando, para mantener la calma es importante que lleves el aire a la zona baja del estómago. Trata de respirar más profunda y pausadamente, inhalando por la nariz y exhalando por la boca.
Domina cuerpo y lengua
Mantener la calma en momentos complicados también dependerá de lo bien que controles tus manifestaciones corporales y tu tono de voz. Esto hará que una situación complicada escale o se resuelva. Respecto al tono de voz, trata de reducirlo un poco, aunque la otra persona esté gritando. A su vez, tendrás que hablar ligeramente más despacio. Puedes practicar frente a un espejo en casa para sentirte más seguro a la hora de ponerlo en práctica.
Por otro lado, trata de llevar la calma a tu cuerpo para que esta se refleje en ti. Es decir, reduce la tensión muscular en los hombros y las manos. Si es posible, incluso puedes poner brevemente tu atención en los músculos de la cara para ver cómo de tensos los tienes y relajarlos para adoptar una expresión más neutra o calmada.
No olvides practicar cuando surja la ocasión
Al final, puedes tener un bagaje teórico enorme sobre cómo mantener la calma en situaciones difíciles, pero no servirá de nada si no lo pones en práctica. Si es un aspecto de ti que te gustaría trabajar, pero no sabes cómo, hay actividades que podrían ayudarte. Una de ellas son los viajes. Viajar a un sitio lejano y no llevarlo todo organizado de casa hará que inevitablemente te enfrentes a algunas situaciones complicadas. No tendrán la envergadura de problemas serios, pero te ayudarán a practicar estas habilidades.
Por otro lado, también existen actividades en grupo en las que tendrás que tomar decisiones consensuadas rápidamente, como escape rooms o juegos en los que tengas que tomar decisiones bajo cierta presión.
A priori podrá parecerte que no es comparable el impacto emocional que tienen estas actividades con la que tendría un suceso trágico o un momento difícil de la vida real. Sin embargo, lo cierto es que, si no puedes mantener la calma en este tipo de actividades, tampoco podrás hacerlo cuando te enfrentes a una situación difícil real. Siempre será mejor que practiques antes de que esto suceda.
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