Muchas veces tendemos a usar estrés y ansiedad como términos sinónimos. Seguro que conoces al menos a una persona que haya usado estos términos en algún momento de sobrecarga laboral o emocional. No obstante, ¿sabrías definir qué es estrés y qué es ansiedad? ¿Por qué es importante diferenciarlos? En este artículo despejaremos tus dudas.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta fisiológica del organismo que se da cuando nos encontramos con algo que interpretamos como una amenaza potencial a nuestra integridad. Este proceso ha sido clave en el desarrollo de la especie humano como método de supervivencia, pues nos activa físicamente y pone nuestro foco de atención en ese peligro que tenemos delante. Por ejemplo, si fueras caminando por la sabana africana y te encontraras con un león, el estrés te ayudaría a decidir rápidamente qué opción es mejor, si la opción de luchar o huir. En este caso, la función que tiene el estrés está clara y, una vez pasado el peligro, irá disminuyendo para volver a la normalidad.
El problema es que en nuestro día a día no nos encontramos con peligros tan evidentes, pero este mecanismo de supervivencia sigue activo. Ante situaciones como tener que hacer un trabajo y que nos den poca información o afrontar una charla inesperada con tu jefe, aunque estemos en un entorno objetivamente seguro, mucha gente tenderá a interpretarlas como un peligro a su integridad. Estas situaciones no tienen un tiempo de vida tan corto como el ejemplo del león, que para bien o para mal se resolverá en poco tiempo. Un trabajo se puede alargar y una conversación posponer, por lo que el estrés se mantendrá activo durante mucho más tiempo.
Esto es un problema no solo porque nuestro cuerpo está destinando recursos y activándonos ante un peligro irreal, sino porque existe relación entre el estrés mantenido y algunos problemas de salud como cardiopatías o una tensión arterial alta. Dependerá de la interpretación y percepción de la propia persona el que un elemento sea o no un estresor, lo que explica que ante una misma situación una persona sufra estrés y otra no.
¿Qué es la ansiedad?
Estrés y ansiedad tienden a confundirse porque muchas veces van de la mano. De hecho, podríamos catalogar la ansiedad como un síntoma del estrés. La ansiedad es una activación fisiológica puntual que crea el cuerpo para aumentar el rendimiento en determinado momento y que resulta útil en muchas ocasiones. El ejemplo más claro en este caso sería tener que afrontar un examen, en el que cierto grado de ansiedad es bueno pues te mantiene despierto y alerta. El problema, en el caso de la ansiedad, es cuando esta se dispara y el estado de activación es tal que no sabemos gestionarlo. Son comunes las palpitaciones, hiperventilar sintiendo que te falta el aire o la sudoración. De hecho, es común que la gente confunda un ataque de ansiedad con un infarto por la similitud de los síntomas. La clásica expresión de “me pudieron los nervios” se da en una situación en la que la ansiedad ha sido tan elevada que te ha bloqueado e impedido realizar la tarea.
¿Por qué es importante diferenciar estrés y ansiedad?
La diferencia entre estrés y ansiedad se muestra especialmente relevante en un ambiente clínico, cuando quieres ponerle solución a uno o a ambos problemas por medio de un profesional. Esta diferenciación es importante porque el abordaje tenderá a ser diferente frente a un problema de estrés que frente a uno de ansiedad. No obstante, es importante que tú conozcas las diferencias para ponerle freno antes de que la situación se desborde y vaya a más. Si sientes un estado de activación continuo, sin tener un peligro que afrontar y notas que esto se está manteniendo en el tiempo, estás ante un problema de estrés. En cambio, si sientes que ante un problema te bloqueas con facilidad, tu corazón late mucho más rápido, hiperventilas y no puedes solucionarlo por la intensidad de todos estos factores, el problema que tienes que afrontar es la ansiedad.
Si notas que estás empezando a tener problemas con el estrés y ansiedad una forma de lidiar con ellos es practicar deporte para liberar esa energía que se produce en estos estados. La meditación mindfulness también se muestra como una gran estrategia para lidiar con estos problemas según avalan diferentes estudios. Si el problema persiste, te recomendamos visitar a un profesional de la psicología que pueda hacer una evaluación y seguimiento de tu caso concreto.
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